Booklet #16: Se va la tercera (III)
Tercera parte de nuestras aventuras en el mundo de la web, los NFTs y qué significa todo esto para la industria musical.
Buenas tardes, amigues de Booklet. Solo voy a comentar algo muy breve en este párrafo inaugural de la entrega de hoy: estoy muy sorprendida con la constancia que vengo teniendo con la publicación de este newsletter. Por ahora, ningún lunes quincenal sin pegar faltazo. Esperemos que siga así.
Como ya es nuestra costumbre, acá pueden, si es que aún no lo han hecho, suscribirse a este pequeño intento de desentrañar los movimientos cada vez más complejos de la industria musical, desde nuestro rinconcito del mundo:
Esta entrega es acompañada musicalmente por el flamante lanzamiento del amigo de la casa Juan Ibarlucía: una colaboración con Paula Maffia de la que no voy a decir nada, solo les invitaré a escucharla acá.
Sin más, vamos a seguir el camino que iniciamos hace algunas semanas, metiéndonos en el mundo de la web3 y en las “aplicaciones” posibles en nuestra industria.
#16 - Se va la tercera, parte 3
Las primeras dos entregas de esta serie sobre web3 sirvieron para, digamos, mojar las patas en un terreno nuevo e indagar sobre algunas cuestiones fundamentales del momento en el que estamos viviendo, es decir, la web2. ¿Cuáles son las características? ¿Qué quiere decir todo eso de la descentralización que propone la tecnología blockchain, quiere decir que ahora estamos “centralizados”? ¿De qué manera cambió nuestra relación con la música a través de la plataformización, por ponerlo de alguna manera? ¿Qué es todo esto del gatekeeping? Todas estas cuestiones y más, las revisan acá y acá.
El propósito de la entrega de hoy es poder aprender un poco más sobre web3 y aplicaciones en la industria musical. Hoy especialmente nos vamos a estar ocupando de armar un glosario o manualcito de referencia para las próximas oportunidades en las que nos refiramos a estos temas. Las cosas que más me interesan van a girar alrededor de los NFTs y de los DAOs. Vayamos de mayor a menor, algo que siempre ayuda a entender temas que son un poco más complicados.
Bitcoin y blockchain, web3 y activos digitales
Cuando pensamos en blockchain, pensamos en Bitcoin. Es que Bitcoin, que tiene una historia fascinante que no tiene lugar en esta entrega pero recomiendo que busquen de todas formas, es el primer activo digital descentralizado, y ciertamente el más popular. ¿Sobresimplificamos en aras de aprender? Dale. Pensemos en algo así como “dinero” digital pero que no es controlado por ninguna institución financiera o entidad gubernamental.
Lo que hace blockchain es permitir la emisión controlada de activos digitales, de una forma segura, anónima y transparente. ¿Cómo funciona una transacción en la blockchain, o, por hacer una traducción literal pero de todas formas útil, en la cadena de bloques? Que una transacción sea descentralizada quiere decir que no necesita de la validación de justamente una entidad financiera o gubernamental. Dejando afuera blockchain, si yo ahora quiero ir al supermercado a comprar un paquete de fideos y quiero pagar con la tarjeta de débito, el supermercado preguntará al banco si tengo fondos suficientes, esa información se confirmará y esa transacción podrá realizarse (quiero creer que tengo los fondos para el paquete de fideos).
Cuando la transacción ocurre en el blockchain, como dijimos, esa entidad “validadora” no está, pero eso no quiere decir que no haya que validarla. Las miles de personas, o mejor dicho, de “computadoras” de la blockchain ayudan a validarlo. ¿Cuántas veces no hemos podido completar una transacción porque se cayó el home banking de S4Nt4Nd3R no voy a dar nombres? En teoría, con Blockchain esto no pasaría. Si una compu deja de funcionar no pasa nada. La información que creamos cuando usamos Bitcoin sí se sube a la “red”, pero se sube de forma anónima y “materializada” en unos códigos larguísimos que se llaman hashes y están encriptados. Estas transacciones a su vez son almacenadas en un libro de transacciones que vendría a ser un ledger. Esta es la terminología con la que habitualmente nos topamos al leer sobre Bitcoin y criptomonedas en general.
Otro término con el que nos cruzamos habitualmente es “mineros”. Hace unas líneas hablamos de esas computadoras que nos ayudan a validar esas transacciones sin necesidad de una entidad centralizada. Los mineros, ponele, deciden prestar ese poder de cómputo (este párrafo originalmente estaba lleno de comillas pero en un momento temí que me manden a la web de Comillas al pedo) para recibir por ese laburo más criptomonedas. Resumen: la transacción funciona gracias a blockchain. ¿Y de qué manera?
Se hace una transacción. Esa misma transacción tiene que validarse, entonces se solicita eso.
Se crea un bloque que representa esa transacción.
Ese bloque se manda a cada participante de la red para que se haga la validación. Ese participante se llamará nodo.
Los nodos validan la transacción.
Una vez hecho ese trabajo, los nodos reciben una recompensa en criptomonedas.
El bloque ya validado se añade a la cadena existente.
Se distribuye la actualización (la existencia de un nuevo bloque) a través de la red.
Transacción completada.
Voy a mencionar finalmente a las famosas billeteras o wallets. De nuevo simplificando, estamos hablando de algo que, como en la vida tangible, nos permite guardar las criptomonedas y también realizar las transacciones. En esas billeteras vamos a tener una clave pública, que podemos pensar como el número de cuenta para poder hacer transferencias, y una privada, que vendría a ser, estirando un poco las definiciones, como la clave del home banking.
Ahora se deben estar preguntando: ¿por qué una persona que promete hablar de la industria musical y que encima maneja un Fiat está trayendo este tema a la mesa? Queremos saber de NFTs! Primero, se te haga la boca a un lado antes de hablar mal de Fiat. Segundo, estoy volviendo a estos conceptos, así como en su momento fuimos hacia la web2 para entender la web3, porque es importante sentirse cómodo con el funcionamiento de blockchain para poder entender todo lo demás. Es más: todavía no vamos a meternos en NFTs. Primero vamos a meternos en Ethereum, un nivel más arriba.
Alt-Coins, Ethereum y contratos digitales
En la variedad está el gusto. ¿O se creen que vivimos como una isla soviética? La llegada de Bitcoin generó todo un movimiento y ahora la oferta de criptomonedas es mucho más amplia. Eso son las Alt-Coins, o justamente monedas alternativas a Bitcoin, que sigue estando a la cabeza de la manada y que sigue teniendo la capitalización de mercado más grande. Cada una de estas Alt-Coins no es solamente una alternativa, sino que además tiene una propuesta diferente. Las llamadas Tether Coins o “stablecoins” están “atadas” a una moneda, en Argentina estamos familiarizados por nuestro temita con el dólar. Hay hasta meme coins. En total estamos hablando de aproximadamente más de diez mil monedas.
La que nos interesa es la que le, digamos, pelea la punta a Bitcoin, aunque desde una distancia considerable. Exacto: Ethereum. Mencionamos a los creadores de Ethereum en la primera entrega: Gavin “Confianza” Wood y Vitalik “Inflación” Buterin. Wood de hecho está metido en otra blockchain, Polkadot. ¿Cuál es la “joda” de Ethereum? La implementación de los smart contracts o contratos inteligentes. La amiga Wikipedia define a un contrato inteligente como un programa (aunque también un “protocolo de transacción”) que “facilita, asegura, hace cumplir y ejecuta acuerdos registrados entre dos o más partes (por ejemplo personas u organizaciones). Como tales ellos les ayudarían en la negociación y definición de tales acuerdos que causarán que ciertas acciones sucedan como resultado de que se cumplan una serie de condiciones específicas". Esta es la propuesta más pesada de Ethereum y la que hace que sea la blockchain por excelencia, digamos, para el mercado de los NFTs.
Ethereum está ahora en el ojo público justamente gracias a la curiosidad alrededor de los NFTs, que adquirieron una popularidad inusitada incluso a pesar de este halo tan enigmático que tienen alrededor. Está pensada desde su inicio como una forma de ampliar la aplicación de blockchain a algo más que solo dinero. Digamos, para resumir, que Ethereum propone más casos de uso para Blockchain, una expansión sobre lo ya construido por Bitcoin. Todas estas nuevas aplicaciones se llevarán a cabo con la misma lógica de otra blockchain, especialmente con lo que tiene que ver con la descentralización. Esto es lo que más nos interesa. Y ahora sí, ya podemos hablar de NFTs.
NFTs
Los egresados de Comunicación solo tenemos un deseo: no es trabajar en un diario o en una agencia de publicidad. Es poder insertar en textos y conversaciones alguna mínima referencia a La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica de Walter Benjamin. Y de forma espontánea, claro, sutil. Por eso celebro muchísimo la posibilidad de vivir en la era del nacimiento de los NFTs, si bien ha engendrado mucha gente insoportable (is it me? am I the gente insoportable?). Porque así podemos problematizar la reproducción ad infinitum y la disponibilidad constante del arte en diferentes formas. ¿Cómo hablar de propiedad, de reproducción, en la era del right click and save?
Ethereum permite a los NFTs llevar una información adicional que los distingue de una moneda normal. Y en esta distinción está la clave. Pero primero vamos a hacer el caminito. Paso uno, estamos en el blockchain, esa justamente cadena de bloques que permite transacciones validadas a través de una red de computadoras. Sobre la blockchain existe la criptomoneda, se verifican y registran transacciones usando un sistema descentralizado basado en criptografía.
¿Y el NFT, por Dios, decime qué es el NFT?!
Es muy simple: es un token no fungible.
Creo que cualquier persona puede responder esto cuando le preguntan qué es un NFT. Es un conjunto de palabras muy simpático y fácil de memorizar que, sin embargo, no ofrece mucho en cuanto a explicaciones. Para mí la mejor manera de entender qué es un token no fungible es primero entendiendo qué es un token fungible. Un ejemplo que se queda en el mundo cripto para que nadie se desespere. Un bitcoin es fungible. Si cambio un bitcoin por otro bitcoin voy a tener esencialmente la misma cosa. Lo mismo puede decirse, supongamos y salvando las distancias, de una remera negra o de unas zapatillas o de cualquier producto estandarizado. Para representar un token no fungible en la “vida real” se usa habitualmente el ejemplo de la Mona Lisa. No hay más que una Mona Lisa. Sí, obviamente que tiene un valor económico. Pero no la puedo cambiar por otra Mona Lisa. Solamente la puedo cambiar por otra cosa, digamos, Noche Estrellada, otro token no fungible.
Entonces, NFTs son unidades de datos que están almacenados en la blockchain. Esos datos guardados en Ethereum son los que permiten que el mundo cripto se filtre en el arte. Otra diferencia importante es que los NFTs no derivan su valor de otras monedas o del mercado, sino directamente de los compradores. En teoría un NFT puede ser realmente cualquier cosa digital (dibujos, música, etcétera) pero su primer gran golpe lo dio en el mundo del arte.
Pero, ¿cómo se crea un NFT? Acuñando o minteando. Este es el nombre que recibe el proceso a través del cual se imprime toda la información del NFT en la blockchain, que brinda un certificado de autenticidad y prueba de propiedad.
Ahora podemos hablar brevemente de dos puntos que son muy interesantes en este mundo: la propiedad y la originalidad. Vamos a hablar peyorativamente, como cualquier crítico acérrimo de los NFTs. Supongamos que alguien hace un dibujo con el Paint y lo mintea en blockchain. Yo entro a la web del mercado donde está vendiendo por, digamos, 10ETH (es decir, 10 unidades moneda ethereum, que al día de hoy serían unos casi 29k USD). Veo el dibujo, doy click derecho sobre la imagen, y me lo guardo. Y nadie me dice nada.
Ahora resulta que tengo el archivo en mi computadora, ese archivo por el cual alguien pagó casi 30 palos verdes, pero en realidad no es mío. ¿Por qué? Es un archivo digital, lo puedo copiar e imprimir cuantas veces quiera, pero hay algo que no puedo copiar: la propiedad de ese trabajo. El artista (aunque lo vamos a ver en más detalle en otra oportunidad) retiene los derechos de autor, el copyright. Todos podemos hacer copias de la Mona Lisa, pero el original nada más está en el Louvre. Técnicamente, además, todo NFT es un token único en la cadena de bloques.
Algunos de los mercados de NFTs más importantes son OpenSea, Nifty Gateway, Zora. Recomiendo mucho entrar a ver qué onda.
En nuestra próxima entrega vamos a hablar más en profundidad de los NFTs de música y de DAOs - decentralized autonomous organizations - en lo que imagino será la cuarta y última parte de esta serie sobre industria musical y criptoarte.
Hasta ese entonces, les dejo una foto de la Mona Lisa perdiendo su aura (solo para entendidos),
Bárbara